Me fundí. No se a quien le debo mi falta de inspiración, pero no creo que este sea el momento de buscar culpables. Jamás pensé que llegar a este punto de mi vida iba a ser tan miserable. Ya no soy yo, soy un robot más de la sociedad en la que vivo. No siento, no sonrío, no hablo, no escucho; solo me muevo de un lugar a otro sin razón. Hoy ese espíritu de aventura me llamo una vez más, solo que no se si acudir esta vez. Porque aunque una parte de quiera estar en libertad, otra me asecha con mis responsabilidades. ¿Puedo elegir desaparecer?
sábado, 20 de marzo de 2010
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