lunes, 20 de febrero de 2012

Sonrisas en el cielo


“Liberaré un globo rojo, por cada sonrisa que logre regalar“

El objetivo: un lugar más feliz.

La meta: colorear el cielo de un nuevo color.

Se me acusa de ser mamá

Sufro lo que otras desearían sufrir, vivo por lo que otras morirían, amo lo que algunas no pueden tener… mis hijos.

¿Quién diría que ese amor me traería aquí? No fue mi culpa, él también me engaño, si yo hubiese sabido, créeme hubiese huido de allí.

Me toco escapar, correr lo más lejos que pudiese antes que estuvieran tras nuestra pista. Si supieras cuentas veces tuvimos que hacerlo.

Ahora, ¿se me acusa por ser madre o por ser una criminal? Porque, si robe, pero robe para que ellos pudieran llevarse algo a boca antes de dormir. Así como cualquier madre es capaz de amarlos antes de conocerlos, también son capaces de robar y quién sabe si hasta matar.

Te juro, que no sabía que él estaba envuelto en cosas ilegales, ¿pero que iba a saber? Si apenas lo conozco. Fui una idiota. Por favor, sáqueme de aquí. Necesito salir de aquí.

-María, tiene muchos cargos en su contra, no tan solo el de robo, sino también el de cómplice del traficante más buscado. Lo único que le puedo ofrecer son 5 años y saldría en probatoria. En cuanto a sus hijos… bueno, no creo que los pueda tener y si quiere verlos tendrá que pelear por un permiso.

(Solloza)

Yo no me arrepiento de haber tomado a mis hijos de ese maldito orfanato y llevarlos conmigo. y ¿sabe qué? Lo haría mil veces más. Ellos tienen una madre y no necesitan que el gobierno les consiga una.

(María se limpia las lágrimas)

Abogado, lo veo en la corte. Si no me escapo antes…

jueves, 2 de febrero de 2012

Color = Mi nuevo límite

Les contaré la historia de cómo mi vida de estar llena de colores brillantes, se convirtió en una gris con grandes deseos de búsqueda….

Siempre eh pensado que tanto la imaginación como los sueños no tienen límites. Y estoy segura de que ustedes en algún momento también lo pensaron o aún lo piensan. Hace algunos días Jaime me pregunta: “Karla, ¿Tú crees que la imaginación no tiene límites?” Un tanto incomoda por el hecho de que, él me conoce y sabe lo que contestaré, le contesto: “Claro que no, la imaginación no tiene límites.” El utiliza esa sonrisa irónica que suele usar cuando sabe que tiene razón en algo y me dice: “¿aja?, Pues si no tiene límites, dime un color fuera de la paleta de colores.” Debo admitir que mi mente se fue en blanco, fue como unos de esos instantes donde sientes que la maquina que verifica los latidos te confirma que se detuvieron y necesitas electricidad para revivir. Pero, testaruda al fin comencé a intentar buscar una respuesta. “Quizás si mezclamos algo de aquí con algo de allá, nos dé algo.” Mi respuesta no lo convenció del todo, “Karla, no inventes. La imaginación también tiene sus límites.” Esa última línea daño por completo la felicidad que alguna vez encontré detrás de todo lo que imaginaba.

Desde ese día no puedo imaginar… aunque pensándolo bien, ignoren eso. No eh parado de intentar imaginar ese color que derrumbe esa maldita barrera que crea un límite en mi cabeza. Desde ahora, seré Karla “la niña científica” y entre mezclas de sueños, color, deseo, pasión y gigantescas tazas de café crearé un nuevo color. Y una vez lo encuentre también habré encontrado el nuevo color para la casa.