Hace tanto que no escribo, que olvide como hacerlo. Sin embargo, hoy la vida me vuelve a traer a este espacio que alguna vez creé con el propósito de escapar de la realidad.
Estos meses han sido de cambios grandes en mi vida, pensé por instantes que jamás podría, pero hoy observando como en un segundo la vida se va, me tengo que detener a pensar en el valor de esas cosas que a veces damos por hecho. Hace algunos días perdí una parte de lo que fui y de lo en cierta parte soy. Posiblemente han pasado años desde nuestra última conversación, pero ese lugar que ocupa ese primer amor es único.
Los que me leen saben que no tiendo a escribir acerca de temas de este tipo, pero es inevitable no dejar que la nostalgia se apoderé de mí. Tendría yo 12 años y él tres más que yo. Era callado ante algunos, pero todo un charlatan ante otros. Me hacía sonreir y -lo mejor- me hizó sentir mariposas en mi estómago por primera vez. Nombré un gato con su nombre, llamé a la radio a decir que me encantaba, le hice cartas, guardé una camisa suya por años, y aún puedo identificar ese olor que lo caracterizaba.
Hoy te digo hasta luego, no sin antes agradecerte el haberme enseñado la importancia de cada instante porque hoy estoy aquí llena de vida y mañana no sé. ¡Hasta Pronto!