martes, 20 de diciembre de 2011

La última página


Es tan triste cuando se llega al final de una buena historia. Noches en vela por una trama cautivadora. ¿Quién diría que al final solo son letras? Sin embargo, para mí, son algo más; son vida, son el alma de sus autores y con ellos el alma de cada lector. No necesito viajar, ni hablar miles de idiomas; solo necesito un buen libro que me lleve a lugares exóticos o me enseñen de las lenguas olvidadas. Me entristece grandemente que muchos hayan perdido el amor por las páginas, por la sensación de formar parte de una historia, por enamorase de cada personaje o por sentir a flor de piel cada beso escrito. No soy la misma persona de ayer, soy nueva. Me transformo al paso de cada capítulo, absorbo, vivo, sueño, sonrió… Es por estas razones que siempre eh creído que es mejor el mundo que una mente sea capaz de crear, que la realidad misma.

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