domingo, 6 de enero de 2013


    Quería no dejarme llevar, pero sus palabras son mucho más fuertes. Llevamos horas tomando, nos miramos constantemente, pero nadie se fija en nuestras miradas. Siento su mirada sobre mi hombro, me volteó y sonrió de esa forma pícara que solemos hacerlo nosotras. No queremos intercambiar palabras pero mi cuerpo quiere explotar. Creamos una conexión, intentamos ignorarla pero ella fue más fuerte. Buscamos la excusa, nos acercamos,  la conversación comenzó a subir de todo hasta que no pudimos más, ignoramos la gente, se dejó de escuchar la música, nos acercamos, nos tocamos, justo cuando nos acercarnos para besarnos la magia se rompió.  Todos llegaron, ¿habrán sospechado? No creo, pero aún el aire está tenso. “¿Por qué me dices esto ahora?” Me pregunta; mi silencio fue mi mejor respuesta. Porque la realidad es que no sé. ¿Miedo, quizás? ¿Respeto? No sé ,pero quiero meterme en su cama y descubrir lo que su esposa no se atreve. 

    Puedo leer los labios, puedo descifrar que tan intenso está el aire, puedo identificar esos deseos que se esconden y salen a pasear sólo por una noche... En silencio fui testigo, en silencio quise ser yo la del papel principal, en silencio tomé notas, robe tu historia e hice mio, tu deseo. 


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