Quería no dejarme
llevar, pero sus palabras son mucho más fuertes. Llevamos horas tomando, nos
miramos constantemente, pero nadie se fija en nuestras miradas. Siento su
mirada sobre mi hombro, me volteó y sonrió de esa forma pícara que solemos
hacerlo nosotras. No queremos intercambiar palabras pero mi cuerpo quiere
explotar. Creamos una conexión, intentamos ignorarla pero ella fue más fuerte. Buscamos
la excusa, nos acercamos, la conversación comenzó a subir de todo hasta que no pudimos más, ignoramos la
gente, se dejó de escuchar la música, nos acercamos, nos tocamos, justo cuando nos
acercarnos para besarnos la magia se rompió.
Todos llegaron, ¿habrán sospechado? No creo, pero aún el aire está
tenso. “¿Por qué me dices esto ahora?” Me pregunta; mi silencio fue mi mejor
respuesta. Porque la realidad es que no sé. ¿Miedo, quizás? ¿Respeto? No sé ,pero quiero meterme en su cama y descubrir lo que su esposa no se atreve.
No hay comentarios:
Publicar un comentario