¿Cuántos de nosotros no vivimos a la espera de una llamada? Una llamada de amor, de trabajo, de negocios o simplemente de malas noticias. Varios años atrás mi vida dependía de una llamada. Una que me dijera que hacer, que pensar o a quien amar. Ya no es así. La complejidad de la vida me ha llevado a vivir en la espera de muchas otras cosas “más importantes” que una llamada. Sin embargo, yo prefería una llamada.
Porque aunque parezca estúpido es mucho mejor esperar por esa llamada que te hará reír, que esperar el cheque de la quincena que te hará llorar. Es mejor esperar la llamada para saber cómo sigue de salud una madre, que esperar una carta que diga que murió y nunca pudiste asistir. Aunque hablar por teléfono en los últimos años ha sido sustituido de una u otra manera por el internet, no se comparan en lo absoluto. Podrán decir que hablar por teléfono es para quinceañeras, pero yo que ya he vivido unos añitos más y me doy cuenta de la importancia de una llamada como las palabras que acompañan a esta.
Ring, Ring!!
Hola! Solo llamaba para decirte lo mucho que te amo y la falta que me haces.
Estas son las cosas que no cambio de esperar una llamada.
- Petra Martínez
Porque aunque parezca estúpido es mucho mejor esperar por esa llamada que te hará reír, que esperar el cheque de la quincena que te hará llorar. Es mejor esperar la llamada para saber cómo sigue de salud una madre, que esperar una carta que diga que murió y nunca pudiste asistir. Aunque hablar por teléfono en los últimos años ha sido sustituido de una u otra manera por el internet, no se comparan en lo absoluto. Podrán decir que hablar por teléfono es para quinceañeras, pero yo que ya he vivido unos añitos más y me doy cuenta de la importancia de una llamada como las palabras que acompañan a esta.
Ring, Ring!!
Hola! Solo llamaba para decirte lo mucho que te amo y la falta que me haces.
Estas son las cosas que no cambio de esperar una llamada.
- Petra Martínez
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